Galeano, autor uruguayo, se preguntaba ¿Para que sirve la utopía?, si no se puede lograr. Y lo expresó escribiendo:
"La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para que sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar."
Sobre la distopía, un artículo de la revista digital “El Cultural”, menciona:
… En “La máquina del tiempo”, de H.G. Wells, la tentativa de literatura distópica que pobló las pesadillas del joven Borges, el viajero regresa del porvenir con una flor marchita. Qué mejor resumen de la distopía, ese gran afluente de la ciencia ficción que imagina un futuro aterrador como resultado de la locura humana del presente."
El mismo artículo menciona que la distopía ocupa un papel relevante en la literatura, ligada al género de la ciencia ficción. Varios autores escriben sobre posibles infiernos producidos por ideas, propuestas y acciones de los hombres.
Este es el centro del análisis que estamos desarrollando en séptimo grado. A partir del género de ciencia ficción, comenzamos a estudiar las posibles visiones del mundo entre utópicas o distópicas.
La tecnología como benefactora o no del ser humano. Los riesgos del uso exagerado de la tecnología.
Para ello, estudiamos acerca de los temas, personajes, ambientes, tiempos que aparecen en este género literario.
Pero lo más interesante fue la discusión que surgió a partir de la lectura de varias distopías.
Cuando tomamos la decisión de dirigirnos, seleccionar, tomar un rumbo deberíamos evaluar los que dejamos atrás. Estamos ante una ambivalencia tecnológica. Pegados a los beneficios de los desarrollos científicos y tecnológicos y su elección, debemos reconocer que ellos no vienen solos, sobre todo cuando se realizan sin un análisis ético, y nos llevan irremediablemente a mundos distópicos.
Como en el caso de las obras de Ray Bradbury "El peatón" o "La estepa", que son algunas distopías que compartimos en las cuales el actor preponderante es el hombre, sus creaciones y sus resultados en la búsqueda de progreso.
¿Entonces, para qué sirve la distopía? Para eso, sirve para frenar, alternativamente elegir dónde no caminar, nos advierte sobre posibles exageraciones”.
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