¡Hola chicas y chicos!
Hoy les regalo una poesía de María Elena Walsh que me gusta un montón:
EN UNA CAJITA DE FÓSFOROS
En
una cajita de fósforos
se
pueden guardar muchas cosas.
Un
rayo de sol, por ejemplo.
(Pero
hay que encerrarlo muy rápido,
si
no, se lo come la sombra).
Un
poco de copo de nieve,
quizá
una moneda de luna,
botones
del traje del viento,
y
mucho, muchísimo más.
Les
voy a contar un secreto:
En
una cajita de fósforos
yo
tengo guardada una lágrima,
y
nadie, por suerte la ve.
Es
claro que ya no me sirve.
Es
cierto que está muy gastada.
Lo
sé, pero qué voy a hacer,
tirarla
me da mucha lástima.
Tal
vez las personas mayores
no
entiendan jamás de tesoros.
«Basura»,
dirán, «cachivaches,
no
sé por qué juntan todo esto».
No
importa, que ustedes y yo
igual
seguiremos guardando
palitos,
pelusas, botones,
tachuelas,
virutas de lápiz,
carozos,
tapitas, papeles,
piolín,
carreteles, trapitos,
hilachas,
cascotes y bichos.
En
una cajita de fósforos
se
pueden guardar muchas cosas.
Las
cosas no tienen mamá.
Después que hayan terminado de leer, los invito a pensar: ¿Qué cosas guardarían en una cajita de fósforos?¿lindas o feas? Cosas que no quisieran perder o que les gustaría coleccionar.
Pueden dibujar y escribir todo lo que se les haya ocurrido y después a
conseguirse su propia caja de fósforos o pequeña cajita para guardar en ella
cosas personales que sean importante para ustedes, sus tesoros.
¡Espero que disfruten con esta actividad!
¡Saludos!
Nicolás

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